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Titre du blog : Can Mitrofan, el blog de Joan-Daniel Bezsonoff
Auteur : Mitrophane
Date de création : 05-03-2009
 
posté le 03-06-2009 à 16:38:24

Tintín al pais de Hitler

 Ressenya publicada al Periódico, 3 de juny del 2009, p 70

 

 

                                                                                         

 

                                                                             

 

 El sec i l'humit / Lo seco y lo húmedo

Jonathan Littell

Barcelona, 2009.

Traducció catalana de Pau- Joan Hernàndez i Joan Fontcuberta 

Traducció peruana de María Teresa Gallego Urrutia

 

 

Tintín i Hitler

 

Quan Adolf Hitler va condecorar Léon Degrelle, li digué ‘ Si tingués un fill m’agradaria que fos com vós.’ Jonathan Littell, mentre es documentavas per la redacció de la seva novel·lassa, va escriure un comentari de La campagne de Russie de Léon Degrelle. El José Antonio belga, ‘ se dió a conocer com un agitador joven más o menos partidario del fascismo, de porte gallardo ‘(p 10) i va acabar coronel de la divisió SS Wallonie. Léon Degrelle era un orador excepcional, pujat de to, un reiter escapat de l’edat mitjana borgonyona, d’aquell ducat de Borgonya que hauria volgut reconstituir en la nova Europa dels nazis. ‘ Hitler no tenía aún decidido cuál iba a ser la capital, pero estaba considerando los méritos de Reims i de Dijon. ‘ (p.23) Més que un comentari sobre el llibre de Degrelle, Littell s’interessa al llenguatge. ‘ Al principio, pensé en ponerle a este libro, por subtítulo, Anatomía de un lenguaje fascista. Porque, desde luego, de lo que vamos a tratar es en gran medida de anatomía. ‘ (p 52) Ai las, Littell no és ni un forense, ni un historiador, ni un lingüista com Victor Klemperer. Aquest llibre m’ha semblat amè, de bon llegir amb moltes fotografies interessants, però s’hi veu massa sovint la ploma del novel·lista. Jonathan Littell explica la cosmogonia de Léon Degrelle amb deliris sobre el sec i l’humit, consideracions estranyes sobre l’ull del cul del polític.

‘ El poder de desterritorialización del ano es excesivamente corrosivo, la sodomía pone en peligro el propio fundamento de los límites de una forma que el fascista no es capaz de soportar. ( …) Si es así, podríamos lamentar que Degrelle no se plantease nunca esa forma de placer, es posible que, para convertirse en un ser humano no necesitara, efectivamente, sino que se le metieran bien metida por el culo. ‘ (p 55 )

Sense jocs de paraules, podríem citar Cyrano de BergeracC’est un peu court, jeune homme. ‘ 

Aquesta és una obra que no aportarà res als amants de la literatura ni als especialistes de la història del Tercer Reich que esperen més rigor a l’hora d’analitzar una figura tan important. Littell s’ho ha passat bé amb Tintín al país dels nazis.

 

 

 

                                                  

 

                                                     

Cuando Hitler condecoró a Léon Degrelle, le dijo: «Si tuviese un hijo me gustaría que fuese como usted». El mismo Degrelle, en cambio, estaba convencido de haber servido de modelo a Tintín. Jonathan Littell (Nova York, 1967), mientras se documentaba para la redacción de su novelón Las benévolas, escribió este comentario de La campaña de Rusia, de Degrelle, que ahora se publica: el José Antonio belga que, explica Littell, «se dio a conocer como un agitador joven más o menos partidario del fascismo, de porte gallardo» y acabó de coronel de la división SS Wallonie.
Léon Degrelle era un orador excepcional, subido de tono, un reiter escapado de la edad media borgoñona, de aquel ducado de Borgoña que habría querido reconstituir en la nueva Europa de los nazis («Hitler no tenía aún decidido cuál iba a ser la capital, pero estaba considerando los méritos de Reims y de Dijon»). Pero más que ser un comentario sobre el libro de Degrelle, en Lo seco y lo húmedo, Littell se interesa por el lenguaje. «Al principio, pensé en ponerle a este libro, por subtítulo, Anatomía de un lenguaje fascista. Porque, desde luego, de lo que vamos a tratar es en gran medida de anatomía». Hélas Littell no es ni un forense, ni un historiador, ni un lingüista como Victor Klemperer. Este libro me ha parecido ameno, de buen leer, con muchas fotografías interesantes, pero se ve en él demasiado a menudo la pluma del novelista. Littell explica la cosmogonía de Degrelle con delirios sobre lo seco y lo húmedo, consideraciones extrañas sobre el ojo del culo del político: «El poder de desterritorialización del ano es excesivamente corrosivo, la sodomía pone en peligro el propio fundamento de los límites de una forma que el fascista no es capaz de soportar. [...] Si es así, podríamos lamentar que Degrelle no se plantease nunca esa forma de placer, es posible que, para convertirse en un ser humano no necesitara, efectivamente, sino que se la metieran bien metida por el culo». Sin juegos de palabras, podríamos citar a Cyrano de Bergerac: «C’est un peu court, jeune homme» (Esto es un poco corto, muchacho).
Esta obra no aportará nada a los amantes de la literatura ni a los especialistas en historia del Tercer Reich, que esperan más rigor a la hora de analizar una figura tan importante. Pero Littell se lo ha pasado bien con Tintín en el país de los nazis.